13 Abr Sobre Vuelos & Plumas Australes #1 Abril 2020. Apuntes de historia natural y conservación del Cisne de Cuello Negro
Por Jorge Ruiz Troemel
El cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus) (en adelante CCN) es una de las aves acuáticas más icónicas y emblemáticas del sur de Chile, tanto por su belleza como por ser un símbolo de la conservación de los humedales luego de los conflictos socio-ambientales tras la contaminación de las aguas del humedal del río Cruces (en adelante HRC) el año 20041. El CCN se distribuye en casi todo el cono sur sudamericano, desde el sur de Brasil, Uruguay y Paraguay, hasta el extremo austral de Chile y Argentina, incluyendo las islas Malvinas. Como la mayoría de los cisnes, se alimenta casi exclusivamente de plantas acuáticas2 o algas marinas3, dependiendo del tipo de hábitats que utilice (cuerpos de agua dulce o zonas costeras, respectivamente).
A pesar de su amplia distribución, los sitios donde se concentran poblaciones reproductivas de importancia, en términos de número y éxito reproductivo, son pocas. Entre ellas se pueden mencionar laguna Llancanelo4 y las lagunas del ‘plateau’ de Buenos Aires (Provincia de Santa Cruz) en Argentina y, especialmente, el HRC en Chile. Sin embargo, la literatura e información sobre número y tendencias poblacionales es escasa y en algunos casos bastante vaga, y se evidencia claramente en las estimaciones de la población de CCN a nivel global (26.000 – 100.000 individuos). Para Chile se estima que la población es de alrededor de 20.000 individuos.
Los extensos bañados y ríos tributarios del HRC (más de 4.870 hectáreas), ofrecen alimento, lugares de reproducción y refugio para muchas especies de aves acuáticas5 y es sin duda el área reproductiva más importante del país para el CCN. En años “buenos” este sitio Ramsar y Santuario de la Naturaleza alberga poblaciones que van entre los 10.000 y 14.000 cisnes6, con alrededor de 400-500 parejas reproductivas5.
Como otros cisnes esta especie es monógama, es decir, se mantiene con su pareja durante toda la vida. No obstante, si uno de los miembros fallece o desaparece, el que queda suele buscar una nueva pareja. Posee un período reproductivo bastante amplio, que va desde mediados de invierno (julio) a principios de otoño7,8. Aunque en marzo la mayoría de las familias posee juveniles o volantones, no es infrecuente observar unas pocas con polluelos recién nacidos.
El nido es una taza de material vegetal parcialmente flotante o ubicada en tierra firme, en pequeños islotes u orillas protegidas. Las hembras ponen por lo general entre 3 a 6 huevos, que incuban por alrededor de 35 días9, mientras el macho vigila permanentemente la zona y cuida del nido, especialmente cuando la hembra sale para alimentarse. A las pocas horas de nacidos, los pollos dejan el nido, generalmente en la espalda de sus padres para buscar zonas bajas con abundante vegetación acuática sumergida. Los padres los cuidan de depredadores y, especialmente en las primeras semanas, les proveen alimento. Lo habitual es observar familias con 2 a 4 pollos aunque, como suele ocurrir en la naturaleza, hay casos excepcionales. Este año, por ejemplo, se han registrado familias bastante numerosas y un record, una pareja con 10 polluelos que ya tenían tres o cuatro semanas de edad. Sin embargo, es difícil saber si correspondían a una misma postura o si los padres habían adoptado a algunos huérfanos10,11.
Durante el período reproductivo algunas de las amenazas más directas son algunas aves rapaces, por ejemplo, traro (Caracara plancus) o peuco (Parabuteo unicinctus), el visón (Neovison vison), que es una especie invasora introducida, y en el HRC algunos ejemplares de lobo marino común (Otaria flavescens) que han aprendido a cazar cisnes12. Dado que estos lobos marinos que atacan a los cisnes forman una colonia urbana13, básicamente, gracias a que son alimentados por los descartes de la feria fluvial de Valdivia, un nuevo conflicto socio-ambiental con los cisnes como protagonistas parece estar emergiendo. En este sentido, para poder conocer las fluctuaciones poblacionales, éxito reproductivo anual, adquisición de conductas anti-depredación, entre otros, es muy importante mantener un programa de investigación científica en el HRC, así como continuar con los conteos de cisnes y monitoreo de nidos que la Corporación Nacional Forestal (CONAF) a través de sus guardaparques han realizado durante décadas. Recientemente, el proyecto de investigación www.cisnesconcollares.cl -financiado por el Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile- basado en la captura, marcaje con collares rojos de lectura a distancia y posterior liberación de los ejemplares, está comenzando a aportar información que será esencial para poder conocer la tasa de sobrevivencia, entre otros aspectos. Además, algunos cisnes portan collares con tecnología GPS/GSM que nos permiten conocer en tiempo real sus posiciones en todo momento. Toda esta información está ya permitiendo tomar mejores decisiones de manejo y conservación, en pos de que el HRC siga siendo una de las áreas reproductivas y de “reclutamiento” más importantes para el cisne de cuello negro.
Jorge Ruiz Troemel
Médico Veterinario y Ornitólogo
Bird Ecology Lab – ICML – UACh
Bibliografía
1 Sepúlveda-Luque C (2018) Social Movement Studies 17
2 Corti P & Schlatter RP (2002) Studies on Neotropical Fauna and Environment 37
3 Cursach J et al (2015) Gayana 79
4 Martínez M et al (1997) Freshwater Forum
5 Jaramillo E et al (2018) Science of the Total Environment 628-629
6 Schlatter RP et al (2002) Waterbirds 25 (Suppl. 1)
7 Silva et al (2012) Ornitología Neotropical 23
8 Schlatter RP et al (1991) Wildfowl (Suppl. 1)
9 Johnsgard (2016) Swans: Their Biology and Natural History
10 Meng A & Parkin DT (1991) Wildfowl (Suppl. 1)
11 Kraaijeveld K (2005) Ardea 93
12 Swan GJ et al (2020) Condor 122
13 Sepúlveda M et al 2015 Journal of Wildlife Diseases 51
Datos poblacionales:
Global: Birdlife International (2010) Species factsheet: Cygnus melancoryphus
Nacional: ficha MMA (www.mma.gob.cl)